Se trata de una pasarela dividida en dos tramos circulares de 147 m de luz, que se desarrollan para salvar el río Manzanares y las dos autopistas que lo bordean.
Estos dos tramos, de 3 m de anchura, se juntan en el centro del río para permitir la circulación libre de peatones entre los cuatro extremos que se unen. Todo este conjunto cuelga de una torre cilíndrica situada en una isleta existente entre el río y una de las autopistas. La torre metálica tiene 1,50 m de diámetro y una altura de 42 m.
Se disponen tirantes que recogen ambos tramos de las pasarelas colgándolas de un solo borde. Estos tirantes se desarrollan sin transición de continuidad de uno y otro extremo, anclándose los últimos en los estribos, lo que constituye el equilibrio espacial de la torre ante las sobrecargas disimétricas, permanentes y vivas.
El dintel metálico es similar al de Murcia, pero en este caso está prolongado por una losa nervada metálica y un tubo de borde, hasta alcanzar los 4,50 m de anchura, necesarios para resistir las grandes flexiones de eje vertical que proporcionan los tirantes sobre el tablero debido a la curva en planta de las pasarelas. La flexión producida por este hecho se reduce al estar las pasarelas curvas contrarrestadas, a efectos horizontales en los pilares extremos.
Todas las pasarelas curvas, colgadas de un borde, funcionan perfectamente bien ante las cargas estáticas, flexiones y torsiones y ante las acciones dinámicas de la sobrecarga.