La construcción de puentes empujados en México, iniciada con el puente de Tula, dio lugar a que la empresa Mexpresa tuviera una serie de medios auxiliares para construir puentes empujados, y por ello este método de construcción resultaba económico en México. Esto dio lugar la construcción de varios puentes de este tipo tanto para carretera como para ferrocarril.
El viaducto Atenquique II tiene una longitud de 430,8 con un reparto de luces de 30+40+5×60+40+30 m. La altura máxima de pilas es de 78 m.
La construcción y la estructura de este viaducto es análoga a la del viaducto de Tula, si bien en este caso se trata de un puente para una carretera de dos carriles. El tablero tiene 10,5 metros de ancho, y está formado por un cajón de 3,55 metros de canto.
Es un viaducto clásico, de forma reducida a la máxima sencillez: tablero en cajón de canto constante, y pilas de sección rectangular hueca, decreciente de la base a la coronación.
Se termino en el año 1990.