Adif Alta Velocidad acomete esta semana la fase de pruebas de carga e inspecciones de las estructuras del tramo Zamora-Pedralba de la Pradería, correspondiente a la Línea de Alta Velocidad (LAV) Madrid-Galicia.
Los trabajos consisten en la ubicación de distintas configuraciones de carga sobre las estructuras, con el fin de verificar que el comportamiento estructural corresponde con el previsto y certificar que la construcción se ha llevado a cabo de forma satisfactoria.
En total, se van a efectuar ensayos en 16 viaductos y 54 pasos inferiores. Para la realización de las pruebas de carga ferroviarias se utilizarán locomotoras de la serie 319 y tolvas cargadas con balasto. Las pruebas serán tanto estáticas como dinámicas, a distintas velocidades de circulación con el fin de probar las estructuras bajo diferentes circunstancias.
Las estructuras más destacadas que se revisarán en esta fase de pruebas de carga son el viaducto de Ricobayo y el viaducto sobre el río Tera, proyecto de CFCSL.
El viaducto sobre el río Tera tiene una longitud total de 645 metros, distribuida en 2 vanos de 60 metros de luz (anchura) y otros 7 vanos de 75 metros. Esta distribución viene determinada por el salto del río Tera, que se realiza mediante dos puntales que salvan una distancia de 150 metros, equivalente a dos vanos tipo de 75 metros. El tablero es de sección cajón de hormigón pretensado, con un canto constante de 4,40 metros, un ancho de losa inferior de 5,20 metros y 14 metros de ancho en losa superior. El tablero apoya sobre pilas de hormigón de sección rectangular y altura variable de 12 a 42 metros. Este viaducto se sitúa entre Val de Santa María (municipio de Otero de Bodas) y Rionegro del Puente.
El tramo está diseñado para velocidades máximas de hasta 350 kiómetros por hora, con electrificación 2×25 kV 50 Hz en corriente alterna, sistemas de control de tráfico ERTMS N2 y Asfa, y sistema de comunicaciones móviles GSM-R.