El pasado lunes se inauguró uno de los proyectos de infraestructura más importantes de Colombia.
El proyecto «Cruce de la Cordillera Central» es una serie de obras de infraestructura que facilitan la conexión por carretera entre Bogotá y el océano Pacífico en la localidad vallecaucana de Buenaventura. Forma el brazo izquierdo de la Ruta Nacional 40 que divide a Colombia de norte a sur, y va a disminuir el tiempo que se tarda en recorrer la Cordillera Central.
Está conformado por 60 obras: un túnel principal llamado Túnel de la Línea de 8.6 km , 25 túneles de diferentes longitudes , 31 viaductos, 3 intercambiadores y 30 km de pavimentación de la carretera.
Fue ideado en 1902 para conectar originalmente a Bogotá con la costa oeste por medio de una línea férrea, de ahí el nombre «túnel de la línea» que le fue dado a la cima de una montaña Alto de La Línea con 3250 msnm.
Las obras del proyecto comenzaron hace más de diez años pero por diversas y desafortunadas circunstancias debieron paralizarse -al igual que el resto de las actuaciones de la carretera de las que formaba parte- quedando el viaducto sólo parcialmente construido.
El INVIAS del Mº de Obras Públicas, organismo responsable de la red de carreteras del país, atendiendo a esta necesidad relanzó las obras en cuanto tuvo la oportunidad.
La obra se reprogramó para entregarse en dos fases: la primera fue el 4 de septiembre de 2020, la cual consta de un túnel principal de 8.6 km, 3 túneles cortos de diferentes longitudes, 5 puentes y 13 km de doble calzada, obras inauguradas por el Presidente de Colombia Iván Duque.
La segunda fase del proyecto fue la inaugurada el lunes 22 de Noviembre de 2021, la cual consta de 20 túneles cortos, 26 puentes y cerca de 17 kilómetros de doble calzada y donde destaca el puente Yarumo Blanco, un puente muy complejo, en el que pusimos toda nuestra energía.
Éstas infraestructuras permitirán pasar de una velocidad vial pasa de 15 km/h a 60 km/h, reduciendo los tiempos de desplazamiento de quienes realizan el viaje en vehículos ligeros y pesados entre Calarcá y Cajamarca en un lapso de entre 30 y 50 minutos.
Según el Invías y el Ministerio de Transporte, «esto promete una mayor competitividad para el país, un impulso en la economía y el turismo, ya que se conecta al suroccidente colombiano –que incluye al puerto de Buenaventura- con el centro del país, donde se encuentran los principales centros de producción».
Puente Yarumo Blanco
Tras una primera fase en la que las obras fueron asumidas por otro contratista, el concurso del proyecto final de conclusión de los trabajos -denominado de “Culminación de los túneles cortos, la vía a cielo abierto y lo puentes en el sector comprendido entre el km 7+895 y el Intercambiador Américas- Segunda Calzada Quindío-Proyecto Cruce de la Cordillera Central”- fue adjudicada a la propuesta realizada por el Consorcio Vías América formado por los grupos OHL y Alca.
Este consorcio encargó a su vez a CFC Sucursal Colombia los servicios de Asistencia Técnica para los trabajos de la estructura más singular de la actuación, el referido Viaducto de la Herradura (Yarumo Blanco).
La longitud total de la estructura es de 640 m, dividido por una junta en el eje 6 en dos tramos de 300 m (ejes 1 a 6) y 340 m (ejes 6 a 12). La primera estructura (ejes 1 a 6) está conformada por cinco vanos (37.5m-3×75 m-37.5 m) y la segunda estructura (ejes 6 a 12 ) por seis vanos (34m-3×68 m-34 m).
El tablero es una sección cajón de hormigón pretensado longitudinalmente construido por avance en voladizo. Presenta una anchura de 11.30 m de ancho, y canto variable entre de 2.00 en clave y 4.20 m sobre pilas con almas verticales.
La obra se encontraba parcialmente ejecutada. Superestructura y subestructura de forma completa entre los ejes 6 y 12, y sólo la subestructura así como algunos tramos del tablero entre los ejes 1 y 6. Las cimentaciones estaban realizadas sobre “caissons” (pozos) de profundidades variables, muchos de ellos ejecutados a media ladera en zonas de pronunciados taludes. Los pilares eran de hormigón armado con sección rectangular de dimensiones variables con la altura.
Se trata de un proyecto de gran complejidad, encajado en un trazado muy curvo, con forma de herradura y con pendiente del 5%, con cimentaciones localizadas a media ladera y variaciones bruscas en las condiciones geotécnicas.
Silvia Fuente, jefa de proyecto de CFC, nos comenta «Ha sido un verdadero reto trabajar en el refuerzo de una estructura muy complicada, para completar y adaptar el puente, ya construido en gran parte, a los estándares sísmicos adecuados.»