Javier Manterola ha recibido este domingo el premio Periodistas de Navarra 2016 que otorga la Asociación de Periodistas de Navarra. El galardón, una escultura en piedra del artista Cesáreo Soulé, de Arizkun, fue entregado en el transcurso del almuerzo en el que los periodistas navarros celebraron su patrón, San Francisco de Sales.
En la entrega del premio han participado Miguel Ángel Barón, presidente de la asociación, Paco Loma, Javier Solano, Patxi Pérez, María Sánchez y Sara Nahum.
(Miguel Ángel Barón, Presidente de la asociación Periodistas de Navarra)
El galardón reconoce «a un navarro que fuera de nuestras fronteras aporta buena imagen de nuestra Comunidad Foral, lo que Manterola ha hecho en su trayectoria profesional firmando o participando en la realización de multitud de proyectos de infraestructuras en España y extranjero«.
(Francisco José Loma-Osorio García)
Panegírico realizado por Francisco José Loma-Osorio García:
Buenas tardes:
La Asociación de Periodistas de Navarra, que celebra hoy la festividad de su Patrón, San Francisco de Sales, ha otorgado su premio anual al pamplonés Javier Manterola Armisén, doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, por su dilatada y prestigiosa trayectoria profesional y por su importante aportación a la buena imagen de la Comunidad Foral.
Resumir el curriculum de nuestro galardonado en pocas palabras sería un vano intento, así que nos limitaremos a reseñar que es catedrático ya jubilado de la Escuela Superior de Ingenieros de Madrid y que ha firmado o participado en más de 200 proyectos de infraestructuras en España, Europa e Hispanoamérica que incluyen puentes, edificios, auditorios….
Miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, ha recibido numerosos premios, como el Nacional de Ingeniería Civil, el Premio de los Colegios de Arquitectos e Ingenieros de Caminos; el Premio Brunet del Concurso Internacional de Diseños de Copenhague. También su tierra ha reconocido su labor entregándole en 2005 el Premio Príncipe de Viana de la Cultura.
Un galardón, el de la cultura, que se ajusta al concepto que tiene Manterola de su trabajo, pues estima nuestro homenajeado que en este mundo del arte confuso empiezan a estar presentes, de una manera cada vez más insistente, las obras públicas. Las carreteras, los trazados del ferrocarril, los puentes pueden llegar a ser verdaderas obras de arte. “El trabajo de un ingeniero, dice Manterola, es una mezcla de lógica y de belleza y estas dos palabras definen el artificio construido como un objeto de contrastes y de síntesis entre razón y sentimiento, asociación tan próxima a los cometidos de la arquitectura”
En el ámbito de la construcción civil, Manterola ha colaborado con los más prestigiosos arquitectos españoles, como Francisco Javier Sáenz de Oiza o Rafael Moneo. Aunque nuestro ingeniero ha destacado especialmente por su labor como diseñador de puentes y viaductos, posee una mirada atenta a otras disciplinas como la arquitectura y las artes plásticas, que han influido enormemente en su obra.
En Navarra ha dejado una huella bien visible, como el puente de Castejón o el de Sancho el Mayor en la Autopista del Ebro, la glorieta circular elevada en Cizur Mayor, el nuevo puente sobre el rio Arga en Puente la Reina y el espectacular nuevo puente de Endarlaza.
Fuera de nuestra Comunidad, por citar solo algunas, es autor de obras que son referencia en el campo de la ingeniería como el puente atirantado sobre el embalse de Barrios de Luna, en León, que fue record mundial de luz durante diez años; el puente Euskalduna sobre el río Nervión, en Bilbao, considerado por la crítica como uno de los más bellos construidos en España en el siglo XX; el nuevo puente del Pilar, en Zaragoza. Y en septiembre del año pasado se inauguró el segundo puente sobre la bahía de Cádiz, bautizado como el de la Constitución de 1812, tras ocho años de trabajo, uno de los más altos del mundo, que impresiona por sus dimensiones. Tiene una longitud de cinco kilómetros, de los que tres discurren salvando el mar, lo que le convierte en más largo que puentes tan conocidos como el Golden Gate y el de Brooklyn, en Estados Unidos.
Hombre de curiosidad insaciable, amante de la música y las artes plásticas, Javier Manterola reivindica el papel de su profesión y destaca que sería conveniente que los ingenieros empezaran a sentir que lo que hacen es importante también desde el punto de vista estético. Los puentes, cuyos orígenes se pierden en los albores del tiempo, han sido y son un elemento indispensable para el desarrollo de la civilización y la cultura. Manterola sostiene que “los puentes son un “elemento del camino” que, por tanto, no puede entenderse sin él, pero tampoco sin el obstáculo. Es el paradigma del esfuerzo de la razón en su pretensión de superar todo tipo de dificultades y contratiempos.
En su configuración, en sus superficies o en sus detalles, la obra siempre lleva la marca de quienes la diseñaron y construyeron. Y la trayectoria de Javier Manterola está marcada por una constante búsqueda de nuevas expresiones formales, nuevos materiales, nuevos diseños. Pero reconoce que estamos en el fin de una época y lo nuevo vendrá con el cambio de materiales como las fibras de vidrio o de carbono que modificarán radicalmente el diseño.
Y hablando de creatividad y belleza, el autor de la escultura que se le entrega es Cesáreo Soulé, artista de Arizkun, artesano de la piedra, algunas de cuyas obras jalonan el camino de Santiago por Baztán. En esta obra, el escultor ha vaciado la mole llenando de sentido la oquedad.
Moles, sin embargo gráciles, estilizadas, apenas dibujadas en el horizonte, pero resistentes, son los puentes que jalonan la trayectoria vital de Javier Manterola.
Nos satisface mucho haberle concedido este premio que ahora entrega nuestro presidente Miguel Angel Barón.
