La pasarela de las Glorias Catalanas es la primera obra atirantada que hemos hecho y la segunda española (la primera fue el Puente de la Salve, sobre el río Nervión en Bilbao).
Esta pasarela se ha proyectado dos veces, porque con motivo de la remodelación de la Plaza de las Glorias Catalanas para la Olimpiada de 1992, fue necesario trasladarla desde dicha plaza al cinturón litoral de Barcelona.