El puente Real de Orizaba ha sido proyectado por CFCSL en colaboración con MEXPRESA, que lo ha construido.
Se trata de un puente atirantado de 80m de luz, que requiere un canto mínimo para pasar sobre las vías de ferrocarril que atraviesan la ciudad, con un gálibo vertical de 7,5 m en todo el vano central, debido a que el cruce con las vías es muy oblicuo.
El trazado en planta se ha ajustado a las calles que confluyen en el cruce del ferrocarril, por lo que los vanos laterales son rectos y el central curvo, con un radio de 700 m. La necesidad de dejar un vial lateral en las calles a cada lado del puente para poder realizar todos los movimientos bajo el puente, obligó a que solo se pudiera hacer el puente de un carril por sentido.
El tablero del puente tiene un ancho de 14 m, para dos carriles de circulación, y la mediana central donde se alojan los tirantes. El canto constante en el puente, salvo en el empotramiento con la torre, es de 0,82 m en el centro de la viga central.
Las torres tienen una altura total de 25,5 m y de 16,5 m sobre el tablero. Los cables son pasantes, por lo que las torres se han tenido que abrir en cabeza para poder albergar las sillas. El tablero está empotrado en las torres, formando un pórtico.
El puente se ha construido por voladizos sucesivos, utilizando un carro de avance ligero. La construcción de todo el puente se ha realizado en solo un año. Los dos últimos sismos ocurridos en México han tenido lugar cuando el puente estaba todavía en construcción, con los voladizos a punto de ser cerrados y el puente no sufrió ningún daño.
El puente se abrió al tráfico el lunes 16 de octubre de 2017, tras haber sido inaugurado con una carrera popular el domingo anterior, día en que permaneció abierto para los peatones.